Una licitación de cubiertas para camiones es objetada por la oposición por tener supuestos sobreprecios por 300 mil pesos. Se desnuda una nueva polémica en el departamento que comanda Norma Trigo.
Investigan una escandalosa licitación en Santa Rosa
En estas horas, un nuevo escándalo asoma en Santa Rosa, aquel terruño que no es pródigo en polémicas.
La historia vio la luz luego de que se conociera el pedido de explicaciones de la oposición por una licitación por la compra de cubiertas para vehículos comunales por un monto que supera el millón doscientos mil pesos.
Las acusaciones están a la orden del día y no carecen del necesario condimento político.
Todo empezó hace unos meses, este mismo año, cuando por decreto municipal 784/17 se llamó a licitación pública, la 13/2017, destinada al “gasto que demanda la compra de cubiertas y llantas de auxilio para la flota de vehículos municipales”.
En ese contexto, se presentaron tres oferentes, de los cuales dos quedaron al tope de las preferencias oficiales: Neumáticos Nárvaez SA y Magadea SRL, cuyo nombre comercial es Valle Grande.
Ver además: Escandalosa renuncia de la contadora municipal de Santa Rosa
Entre las cubiertas requeridas por el municipio aparecen: 36 unidades de 275/80 de tracción, 26 unidades de 275/80 lineales, 24 de 1100/20 y 4 de 175/25. El precio total de las mismas asciende a 855.857 y fue asignado a Magadea. El resto, por 351.661 pesos, le fue adjudicado a Narváez.
Lo curioso es que esta última empresa había presupuestado el “paquete” completo por 300 mil pesos menos que lo que terminó costando. Sin embargo, desde el municipio decidieron optar por Magadea.
Para que no quepan las suspicacias, debe mencionarse que hubo un informe técnico que aconsejaba que había que adjudicarle la compra a Narváez.
“El documento lo firmó el entonces director de Servicios Públicos, Gonzalo Parra, junto al jefe de taller y otros (…) Hicieron el informe técnico diciendo que las tres cubiertas ofrecidas por los tres oferentes eran de igual calidad. Por eso no se entiende que se decidiera gastar 300 mil pesos más”, según una fuente del propio Ejecutivo de Santa Rosa.
-¿Por qué entonces se decidió contratar a Magadea?
-Nuarte (Marcos, secretario de Gobierno) dijo que había un factor importante a evaluar, que era el “uso del dinero en el tiempo”, ya que este oferente financiaba un mes más que Narváez. Pero… ¿300 mil pesos más por un mes? Es demasiado.
Lo que aquí se discute consta en el expediente 1181-M-2017, al que tuvo acceso el Post, a pesar de la negativa del oficialismo santarrosino de dar a conocer sus detalles. Quien lo refrenda es el director de Hacienda de la comuna, Mauricio Córdoba, a la sazón exsocio de Nuarte en un estudio contable de Tunuyán.
Sin explicaciones
“Nosotros venimos solicitando que nos hagan llegar una copia de las actuaciones y nos ningunean, por lo cual vamos a pedir la conformación de una comisión investigadora, esto es un escándalo”, dijo a este diario Antonio Ponce, concejal del Partido Demócrata local, quien hizo un pedido de informes hace unos días.
Sus palabras son calcadas a las de casi todo el arco opositor, que no solo se ha escandalizado por la trama aquí revelada, sino también por la calidad de los neumáticos entregados por Magadea. “No coincide lo que han ofrecido en el pliego con lo que han entregado al municipio”, confirmó al Post una fuente del mismísimo taller de Santa Rosa, donde reposan las polémicas cubiertas.
De hecho, algunas de las cubiertas son de la India, como puede verse en la fotografía, que fue tomada por el concejal Gustavo Ibarra en las últimas horas.
"Algunas otras son de Brasil", admitió el edil ante la consulta del Post.
Se trata de material de calidad muy inferior al que es esperaba y, obviamente, mucho más económico que el que se había presupuestado.
Como es de esperar, se trata de una de las partes más relevantes del escándalo que se avecina.
El propio jefe del taller lo dijo textualmente: “Hay unas 30 cubiertas que no se corresponden con el pedido licitatorio”.
En el contexto referido, fuentes del municipio santarrosino aseguraron a este diario que la renuncia de la contadora Cecilia Caparroz, contada en esta nota, tuvo que ver con lo aquí contado.
Su negativa a refrendar la sospechada compra, la habría llevado a dejar su cargo a través de una misiva que no careció de elocuencia.
Su carta, dirigida a la intendenta Trigo, no tiene desperdicio: luego de agradecerle la oportunidad “para ocupar tan importante cargo dentro de su gestión”, advierte que su renuncia se debe a “no compartir criterios normativos, éticos y convicciones personales”.
Entretanto, fuentes del Tribunal de Cuentas confirmaron al Post que investigarán lo aquí revelado. Ello permite anticipar lo obvio: habrá más novedades para este boletín.