Parece que lo que se ocupan de “magias” y “hechizos” tienen cada vez más trabajo. ¿Qué ‘trabajo’ pedimos más?
Chamanes, contacto con los muertos y magia negra: la Mendoza bruja
“Magia, hechizos, unión de parejas, amarres, atraigo a ti el ser amado, la riqueza, la suerte”. Brujos y brujas ofrecen soluciones literalmente mágicas y en Mendoza se les cree, y mucho.
Basta con preguntar en alguna red social si alguien conoce a algún brujo o bruja que aparece una catarata de respuestas acerca de videntes, tarotistas, parapsicólogos, hombres o mujeres santos, curanderas y demás. La Mendoza cristiana que no falta a una misa no se hace cargo, pero le cree más al oráculo que a la Biblia.
David Urien (foto de la izquierda) es chamán, trabaja alternativamente en Buenos Aires, en el Uritorco y en Mendoza, donde tiene una enorme clientela desde hace varios años.
“El mendocino consulta muchísimo, pero no lo quiere aceptar. Además, mucha gente me llega diciéndome que es muy espiritual, que cree en Dios y que tiene una fe muy fuerte pero después te das cuenta de que tienen una envidia enorme, que hablan muy mal de otras personas y que, en el fondo, no le desean ningún bien”, describió el adivinador.
Según él, la mayoría de las consultas que le hace la gente es por amor “que es el leitmotiv del mundo”. Sin embargo, reconoce que muchos mendocinos llegan buscando venganza en nombre del amor. “Es muy común cuando tienen sospechas de infidelidad que en vez de preguntarte si es así te pregunten qué hacer para separar a la pareja del tercero o tercera en discordia, y a veces ni siquiera hay una infidelidad, pero las mendocinas son muy celosas, los hombres no tanto, aunque cuando te llega un celoso agarrate, viene con una energía que voltea paredes”.
“Los hombres vienen más por temas de dinero, y más que nada de ambición. No es que no tengan, es que quieren más, entonces vos empezás a hablar con el tipo y le vas sacando el por qué no se conforma con lo que ya tiene, y en algún punto, sí o sí, llegás a un bloqueo afectivo. Una vez que lo descubriste ya sabés cómo trabajar con esa persona”, aclaró.
Claro es que la mayoría de los brujos se valen de cierta psicología no sólo para descubrir el problema del consultante, sino también para lograr que crea en lo que le dicen “El trabajo nuestro, de los que manejamos las energías, necesita que la persona con la que trabajamos también sintonice con esa energía, si no, todo se vuelve más complicado”, enfatizó el chamán.
La diferencia entre un chamán y otra clase de adivinador es que éstos aseguran tener una comunicación constante con los espíritus de la naturaleza y de otras dimensiones (incluso con extraterrestres e intraterrenos) y son capaces de cambiar ciertas condiciones con la ayuda de ellos. El chamán es una figura muy cercana al curandero ya que muchos estudios antropológicos han concluido que realmente tienen la capacidad de sanar.
El contacto con los muertos
Beatriz es delgada, de mediana edad, morocha, de pelo corto y con aspecto de cansada. Y es médium. Tiene el poder de contactarse con los muertos desde que era chica, y aclara que el don de la mediumnidad “es una cuestión de linaje, se hereda, lo tuvo mi abuela, lo tiene mi mamá y también mis hijas”. En general, las médiums son mujeres.
“Yo no te puedo pisar un cementerio, para mi es como ir al shopping, está lleno de gente y el murmullo es insoportable”, protestó confirmando la creencia de que en los cementerios hay muchas almas dando vueltas.
“Cuando andan por ahí es porque les cuesta dejar su cuerpo, también encontrás almas que se quedan apegados a algún familiar y lo siguen por todos lados, por eso es importante que los vivos acepten la muerte y no estén todo el tiempo llorando a un ser querido, porque lo mantienen atado”.
Beatriz enfatizó en que, por esta razón, tampoco es muy aconsejable ir a visitar a los muertos al cementerio, aunque aseguró que si la persona muerta era de las que en vida se quejaban de que nunca la irían a visitar, “entonces hay que ir, las almas exigentes no cambian con la muerte”.
Aseguró que, a pesar de que no está muy de acuerdo con los pedidos de contactar a algún muerto porque se lo extraña, a veces cumple estos pedidos cuando se da cuenta de que entre el vivo y el fallecido quedó algo pendiente muy importante “pero sólo porque es necesario saldar eso para que el vivo pueda vivir sin ese peso”.
También aseguró que existen espíritus malignos que son generalmente enviados por otras personas para causar daño a alguien y “aunque no lo creas, acá en Mendoza se hacen muchos exorcismos”.
“No siempre la persona que está siendo poseída por algún espíritu sufre trastornos y convulsiones como en las películas, a veces ni siquiera se dan cuenta y simplemente tienen un dolor de cabeza que no se les va y cuando llegan a mí, puedo ver al espíritu que les hace daño”, explicó.
A su vez, aclaró que los exorcismos no suelen ser violentos como se cree.
Alertó que, para saber si hay presencias extrañas cerca de uno, hay que tener en cuenta signos como alteraciones del sueño, ruidos en la casa de cosas que no ocurren “por ejemplo escuchas que se cierra una puerta y cuando mirás está abierta”, ver sombras que pasan o sentir bruscos cambios de temperatura ya sea dentro de un mismo ambiente o en el paso de un ambiente al otro. “El frío en una habitación es indicativo de que hay alguna presencia maligna, ya que si es buena no va a producir cambios de temperatura. Ante eso lo que hay que hacer es ordenarle con autoridad que se retire y que no vuelva, y hay que decirlo en voz alta bien fuerte”.
Las influencias del campo y de los pueblos originarios
Adrián es parapsicólogo y uno de los más conocidos brujos de Las Heras. Para él, la respuesta al por qué nuestra provincia es tan brujera es una cuestión de herencia.
“Hay mucha influencia de las creencias del campo, acordate que hasta no hace mucho, como bien se dice, todo esto era viña. Y la gente del campo si bien tiene mucha fe cristiana, también históricamente ha creído en otro tipo de fuerzas, ha consultado antes al curandero que al médico y ha utilizado rituales paganos para favorecer la cosecha y para proteger a su familia”.
También señaló la importancia que tienen en nuestras tierras los descendientes de Huarpes: “si bien la colonización arrasó con los pueblos originarios y con las culturas ancestrales, aún quedan pequeños focos, y aunque sean pequeños tuvieron la suficiente fuerza como para transmitir que la naturaleza también tiene energía, o si no, andá a preguntarle a cualquier mendocino si no considera a la montaña como un lugar energético”.
En cuanto al trabajo en sí, señaló que “acá la mayoría quiere un milagro y lo espera sentado. Y no es así, cualquier trabajo depende en partes iguales del trabajo espiritual del profesional que lo realice y del trabajo del consultante”. En este sentido aclaró que muchos clientes le piden algún trabajo para conseguir empleo “pero después no salen a buscar”.
Confesó haber trabajado mucho tiempo con la magia negra (la que se hace para dañar) aunque ahora dejó de hacerlo. “Cualquiera que te diga que sólo trabaja magia blanca, la pura, la buena, te miente. Todos los que hacemos magia tenemos que trabajarlas a todas, porque si vos venís a plantearme que te han trabajado con magia negra obviamente que yo, para curarte, tengo que trabajar también con magia negra, o al menos conocerla”.
Agregó que “de hecho en Mendoza nadie conoce muy bien qué es la magia blanca ya que por ejemplo la angeología (invocación de ángeles), el Reiki (terapia alternativa de sanación aceptada por la Organización Mundial de la Salud) todo eso es magia blanca, es decir, energías limpias”.
Señaló que la comunidad de videntes, parapsicólogos, brujos, etc viene creciendo mucho en la provincia, pero a pesar de eso “uno se va enterando por los mismos clientes de cómo trabaja cada uno, porque además, el mendocino va a uno y después va a otro y a otro y a otro, Aunque vos tengas tus clientes de años, sabes que van a consultar a otra gente y te vas enterando de los chantas porque un buen trabajador no te va a estar cobrando a cada rato, no te va a estar haciendo prender velas en tu casa, vas a ver que vivimos muy humildemente y eso no es porque no tengamos el poder de atraer riqueza, sino porque cuando aprendes a dedicarte al otro, dejás de dedicarte a vos mismo”.
Adrián fue durante muchos años parte de la religión Umbanda, de ahí aprendió el uso del Vudú y de la magia negra, y aseguró que en “Mendoza el umbandismo está mucho más arraigado de lo que se cree, y la magia negra se utiliza muchísimo principalmente porque hay mucha envidia”.
Los políticos y sus dudas
Tanto David como Adrián aceptaron que han sido consultados por políticos mendocinos. El chamán dijo que lo que más les preocupa no es tanto saber cómo les va a ir “sino más bien asegurarse de no tener enemigos en su entorno, están seguros de que alguien cercano los envidia o le quieren arrebatar algo y por eso te consultan por este, aquel y el de más allá”.
Adrián coincidió en que a la mayoría de los políticos los rodea una parte oscura “que ni mandándoles Edemsa entera alcanza para sanar”.
Según las cartas de Adrián, “el próximo gobernador será del PJ, dado que la UCR tendrá problemas internos luego de las PASO que le van a traer pérdida de votos”. Una jugada grande para el parapsicólogo que, además, no es kirchnerista.
Los mendocinos somos muy creyentes, pero también creemos en todo. Se nota en las cintitas rojas en las manitos de los recién nacidos, en el esquivar la mirada a los bebés para “no ojearlos”, en las grutas con alguna virgen en las puertas de las casas, en la cinta roja colgando del espejo retrovisor.
Por eso también creemos en los brujos y ponemos, cerca de la puerta, un cuenco con tres limones en agua junto a la estatuilla de San Expedito y el gato chino que atrae con la patita. Y no se lo contamos al cura.