El ISCAMEN sostiene que el producto que aplica con pulverización aérea es "inocuo" y los organismos ambientalistas reclamaron porque no hay informes sobre impacto.
Polémica por fumigación en zonas pobladas
Una importante cantidad de denuncias informales se han desplegado en contra del programa de tratamientos aéreos para combatir la lobesia botrana o "polilla de la vid" llevado adelante por el ISCAMEN por aplicaciones de fumigación en zonas pobladas.
El reclamo fundamental es que no se realizaron los protocolos para comenzar con los operativos, incluyendo un informe de impacto ambiental sobre el clorantraniliprole o Coragen, que es el producto que se aplica.
Los reclamos fueron variados, sobre todo en las redes sociales. Horas atrás, la fundación ambientalista Cullunche realizó el siguiente posteo en Facebook:
Qué se hace
A través de una reunión en la que participaron Bodegas de Argentina, la COVIAR, ACOVI y otros organismos del sector privado en conjunto con SENASA, Iscamen, Gobierno de Mendoza, INV, INTA, la facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, entre otros, realizada el 26 de octubre, afirmaron que el INTA será el organismo encargado de realizar los estudios para evaluar si el Iscamen y SENASA han adoptado las medidas para que las zonas de aplicación sean seguras.
Y todos los organismos reunidos estuvieron de acuerdo en afirmar que "las aplicaciones aéreas en desarrollo, con los productos utilizados, y con las medidas de seguridad mencionadas en el primer punto, reúnen condiciones de seguridad y efectividad suficientes para poder proseguir con las operaciones".
Lobesia o polilla de la vid
El ingeniero agrónomo Eduardo Martín Betancud, explicó al Post que la lobesia botrana o polilla de la vid “es un insecto que ataca el racimo de la uva, lo come, por lo que el daño secundario es la podredumbre. Es una plaga que se expande de manera rápida”.
“Se venía atacando con feromonas que confunden a los adultos para que no copulen pero los tratamientos no dieron los resultados esperados y se tuvo que aplicar el Coragen”, aseguró.
El producto
El Coragen es un insecticida de uso agrícola para el control de plagas. Se vende como solución concentrada que se aplica por aspersión foliar (directamente sobre la hoja) utilizando como vehículo el agua. Afecta directamente el proceso de contracción muscular de los insectos que presentan parálisis, letargia (pérdida de la sensibilidad), rápidamente dejan de comer y mueren en el transcurso de 1 a 3 días.
“Las aplicaciones deben ser planificadas por medio de monitoreos de los cultivos, teniendo en cuenta los niveles poblacionales de las plagas y los umbrales de daño o de acuerdo a las alarmas, bioindicadores (suma térmica, carpogrados, grafogrados, etc.) cuando estén disponibles”, detalla la ficha técnica.
Es un producto identificado como de onda verde. Según se describe en su ficha técnica es virtualmente no tóxico para abejas, prácticamente no tóxico para peces, algas acuáticas, aves y altamente tóxico para crustáceos acuáticos.
Dentro de las precauciones ambientales "es recomendado no utilizar sobre cuerpos de agua y que se debe dejar una zona de seguridad de al menos un metro de ancho de cualquier curso de agua. Hay que evitar contaminar espejos de agua, fuentes de agua de uso doméstico".
"En caso de ingestión no hay un tratamiento específico porque no es peligroso por ingestión del mismo y se debe consultar un médico de ser necesario. En contacto con la piel se debe quitar la ropa y enjuagar con agua y jabón la zona. En cuanto a los ojos no es peligroso pero se debe enjuagar con agua corriente. En caso de inhalación no se indica un tratamiento específico pero es recomendable retirarse a un lugar ventilado y fresco para despejar las vías respiratorias, se puede nebulizar con oxígeno humidificado de ser necesario", detalla la ficha.
El producto además no ofrece síntomas de intoxicación aguda: "El producto normalmente no ofrece peligro por la vía oral y dermal; es poco peligroso por vía inhalatoria; es 'no irritante dermal' y 'no irritante ocular'; es 'no sensibilizante' alérgico. Utilizar los equipos de protección personal indicados", según se especifica.
Toxicidad
El ingeniero José Luis Ranea, integrante de la Unión de Trabajadores Rurales, explicó que: "si bien los síntomas de intoxicación no se pueden ver en el corto plazo, las aplicaciones de productos de síntesis química pueden producir problemas digestivos y congénitos".
Sobre esto, el ingeniero encargado del operativo, Guillermo Azín, sostuvo: "Elegimos productos inocuos para la salud y el ambiente. Se puede reingresar al predio a las dos horas de aplicado, ni bien se seca, y se puede comer el fruto con el producto al otro día. Por las dosis que se están utilizando en el área, se puede permanecer mientras se aplica el producto".
Aplicación agroaérea
Ranea, que vive en Nueva California, San Martín, distribuyó este miércoles videos en los que se puede ver cómo los aviones pasan por su casa pulverizando: "Los aviones tienen una altura de pulverización máxima de cuatro metros y de 200 metros de cualquier lugar de población fija como centros de salud, escuelas o viviendas. Ayer (el miércoles) pasaron a unos 6 metros de altura unas seis veces por mi casa y por una escuela que está a seis cuadras".
Según explicó Ranea, se pulveriza el producto a 4 metros de altura para que el viento y otras contingencias climáticas no desvíen la aplicación del Coragen de la zona prevista por el programa: "Es decir que se debería volar a 1,5 metros de la tela antigranizo o el techo de una casa. De todas formas el viento y la tela generan que el producto no tenga la misma eficacia".
El profesional sostuvo que desde el Iscamen "toman un protocolo que se ha ensayado en otras zonas de país a 200 metros de zonas habitadas porque las propiedades suelen tener una gran extensión. En Mendoza el promedio es de 10 hectáreas por finca". Aludiendo a que sería prácticamente imposible mantener los 200 metros de distancia entre la pulverización y las zonas habitadas.
Al respecto, Azín explicó que en los aviones "queda registrado todo lo que se hace. Los equipos dejan registrado segundo a segundo la altura y las condiciones meteorológicas que permite hacer los ajustes finos del tratamiento".
Además afirmó que la precaución de volar a 200 metros de cualquier construcción tiene que ver con condiciones aeronáuticas y no de aplicación del producto específicamente. Detalló también que existen áreas de aplicación y áreas de sobrevuelo donde no se rocía Coragen.
Aplicación terrestre
Si bien los productores comenzaron a aplicar el Coragen con una mochila de manera terrestre protegiendo su cuerpo con el equipo necesario hace unos meses atrás, Azín afirmó que no es la mejor manera de aplicarlo ya que: "la mochila proyecta las gotas a presión y no genera una masa de aire en movimiento que se necesita para que la planta absorba el producto".
Pero a su vez, Ranea aseguró que fue el mismo Iscamen quien proporcionó a los productores de Coragen para ser aplicado con máquina o mochila.
San Carlos
En San Carlos, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que prohíbe todo tipo de fumigación aérea en el departamento. El proyecto presentado por los concejales Juan Jofré y Juan Torres dicta: "Prohíbase las aplicaciones aéreas de agroquímicos mediante aeronaves y o similares, cualquiera sea el producto activo o formulado, así como sus dosis, en todo el departamento y sus localidades, parajes del interior y zonas de poblaciones consolidadas" .
Colmenas
En Lavalle y otras zonas donde se produce miel, los apicultores han expresado su preocupación por el efecto del agroquímico en las abejas. Por esto, el Iscamen dispuso realizar vuelos el último 23 de octubre para observar el efecto sobre abejas en treinta colmenas en la localidad de El Vergel de ese departamento.
En el lugar se colocaron elementos de medición de la aeroaplicación en las colmenas y en las áreas circundantes, pudiendo evidenciarse la llegada del producto a la zona con presencia de abejas.
"La evaluación post aplicación del producto debe realizarse en tres etapas, cada una de ellas separada aproximadamente siete días desde la aplicación. El día 27 de Octubre se hizo la primera evaluación que permitió observar que no se presentan cambios anormales en el desarrollo del colmenar", según detallaron desde el Iscamen.
"Se verificó que luego de la aplicación se habrían realizado posturas normales de la reina, había aumentado el desarrollo esperado de los panales y la actividad de las abejas era normal. No se encontraron abejas muertas y la fauna nativa benéfica alrededor del colmenar se encontraba inalterable. El escribano interviniente registró todo el proceso. Se concertó una nueva presencia en la zona para el día 3 de Noviembre a fin de realizar una segunda evaluación, en función de lo establecido al comienzo del ensayo", concluyeron.
En fin, el ingeniero del Iscamen afirma que quienes se quejan es porque no están informados y quien vio pasar los aviones por su casa sostiene que los organismo aplicadores no realizaron los estudios de impacto ambiental de protocolo que debieran para realizar las pulverizaciones aéreas.
El tema parece ser más filosófico que técnico ya que algunos profesionales del sector sostienen que no se deben aplicar ningún tipo de agroquímicos mientras que otros buscan que la producción se mantenga a través de su utilización. Los agroquímicos se usan todos los días en todas las producciones que se llevan adelante en Mendoza, ¿está bien o mal? Los efectos en la salud se verán en las próximas décadas.