Pablo Cazabán, defensor del detenido por la muerte de Emir Cuattoni, apeló la prisión preventiva y contó que a Seré lo golpearon en prisión.
"A Seré lo molieron a golpes en prisión", asegura su abogado
Como se sabe, Gustavo Seré, empresario metalúrgico, está detenido desde el 4 de octubre por el crimen del joven Emir Cuattoni. Ciertamente, está cada vez más complicado. Por caso, esta semana le dictaron la prisión preventiva.
La víctima del hecho tenía 15 años, recibió un disparo mientras caminaba por el parque Benegas de Godoy Cruz en abril de 2016 y falleció 42 días después.
Pablo Cazaban, defensor de Seré en la causa, habló con el Post y confirmó que “la detención es ilegítima porque hasta el día de hoy no sacaron el decreto fundado diciendo cuáles son los motivos por el que lo detienen”.
"No se expidió sobre la participación de Seré ni de su camioneta"
Además, confirmó que en las últimas horas se presentó la apelación a la preventiva y se mostró confiado ya que, según dijo, la jueza de Garantías es contradictoria porque no tiene fundamentos concretos.
“No se expidió sobre la participación de Seré en el hecho, la descripción no tiene que ver con él, su camioneta tampoco y ni siquiera se acredita su presencia en el lugar”, aseguró el letrado.
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Por otra parte, afirmó que los primeros días en prisión de su defendido fueron muy duros: “Lo molieron a palos cuando llegó, por esto lo trasladaron a San Felipe”.
Sin embargo, Eduardo Orellana, jefe del Servicio Penitenciario, también conversó con este medio y aseguró que “Seré no había recibido ninguna golpiza en el lugar”.
David Martínez, empleado del metalúrgico declaró en la causa que un día mientras se trasladaban en camioneta Seré le había dicho mientras pasaban por la rotonda del parque Benegas que “ahí lo puso al guacho ese”. Ante esto, Cazaban respondió: “Ese testimonio duro pocas horas. Ese mismo día llamaron a uno de los dos que Martínez señaló que iba en el rodado y éste confirmó que el detenido nunca había expresado esos dichos”.
Por último, el abogado explicó que la fiscal de la causa le había preguntado a la secretaria del empresario si éste la había mandado a subir o bajar contenido de Facebook por esos días, a lo que ella contestó que no. Finalmente, subrayó que su cliente “tuvo que ir a mirar ese día porque la verdad ya ni se acordaba”.