En lo que va de 2017, los casos de menores buscados ya superaron ampliamente a los de todo el 2016. Las denuncias aumentan los fines de semana. Por qué se van, por qué no avisan y qué responsabilidad tienen los adultos.
Cada vez más chicos mendocinos desaparecen los fines de semana
Los chicos y chicas que desaparecen de sus casas luego de los fines de semana y fines de semana largo para luego retornar a sus hogares sanos y salvos aumentan en Mendoza.
Sin ir más lejos, durante el último -de Semana Santa-, cinco adolescentes no llegaron a sus casas. Sus familias iniciaron la búsqueda con preocupación, se movieron los aparatos del Estado para su rastreo, su familia y amigos viralizaron la búsqueda a través de las redes -en un contexto donde constantemente se conocen casos de femicidio- e hicieron la denuncia policial correspondiente. Luego de dos días aparecieron cuatro de ellos. ¿Por qué se van? ¿Por qué eligen no comunicarse con nadie? ¿Qué responsabilidad tienen los padres? ¿Por qué se sucede esto luego de los fines de semana largos?
Según registros nacionales, la mayoría de las denuncias sobre adolescentes que se van de la casa están referidas a chicas de alrededor de 15 años, en una franja que abarca de los 13 a los 17 y que engloba a los distintos sectores sociales. La mayoría refiere al maltrato emocional como causa de la huida.
Mendoza ostentó en 2016 la mayor cifra -866- de casos ingresados al Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas; le siguió la provincia de Buenos Aires, con 586 casos.
Según indicaron al Post fuentes del Ministerio Público Fiscal del Poder Judicial de la provincia, los pedidos de averiguación de paradero de menores que ingresan a la Secretaría de Información Pública para su difusión en los medios viene en aumento desde 2014, de hecho hay un dato que preocupa: los casos en Mendoza en lo que va de 2017, supera a todo 2016.
El "aparato" estatal en funcionamiento
Las áreas que se activan una vez se realiza una denuncia de averiguación de paradero, sobre todo de un menor, son varias, y si bien suelen ser rápidas, la mayoría de los chicos buscados aparece a las horas, y en medio de ese proceso. Desde el área de Comunicación del Poder Judicial explicaron a este medio cómo funciona ese "aparato" estatal una vez se realiza una denuncia.
«Cualquier persona puede hacer la denuncia por desaparición o por averiguación paradero, la cual recepciona una oficina fiscal, que son las comisarías. La reporta el fiscal de la fiscalía de homicidios y averiguación de paraderos. Previo a eso, el fiscal le da la orden a la unidad fiscal que active algunas preguntas básicas, como ¿con quién se fue?, ¿cómo se fue?, ¿quién es el mejor amigo/a?, ¿está de novia/o?», explicaron.
"La mayoría regresa por sus propios medios, en buenas condiciones de salud"
«Se hacen los llamados pertinentes, que son tres: al mejor amigo/a, al novio/a y contactan a algún familiar. Si no aparece en las primeras horas, derivan al Poder Judicial un pedido de averiguación de paradero, desde ahí vuelven a asesorarse con la Oficina Fiscal que esté vigente esa averiguación y se difunde a los medios. Al mismo tiempo, ofician a Migraciones, a ver si ha salido o no del país», detallaron desde ese área.
Y agregaron: "El 90% de los casos se ha comunicado oportunamente el sin efecto de la averiguación de paradero por parte de la Oficina Fiscal Correspondiente, ya que los mismos regresan por sus propios medios , en buenas condiciones de salud".
Por qué se van
Las razones por las cuales chicos y chicas deciden irse de sus casas son diversas y generalmente provocadas por situaciones que viven en su hogar, desde maltrato o abandono físico y emocional, falta de atención y de contención por parte de los padres, hasta abuso sexual por parte de algún familiar. Oficialmente se lo cataloga como «abandono voluntario de domicilio», y la familia, por acción u omisión, tiene una responsabilidad total en el asunto.
Para la psicopedagoga mendocina y especialista Nancy Caballero, más allá de las causas del abandono de domicilio de estos adolescentes que ya fueron encontrados, «en la era de la comunicación, donde es tan fácil mantenerse comunicado y que si uno no quiere hablar a su casa le puede mandar un mensaje de texto a alguien, avisar que está bien, que va a volver o no, hay que pensar que los chicos no están manejando la conciencia de dolor que causan en los demás», dijo al Post.
Para Caballero, «hay que trabajar mucho dentro de lo familiar sobre la conciencia del dolor que se produce al otro».
‹Me voy para que te des cuenta que existo, que te duela mi ausencia›
«En la adolescencia, el dolo que se produce en muchos casos es un llamado de atención. ‹Me voy para que te des cuenta que existo, que te duela mi ausencia›. Es una forma de pedir ayuda», consideró la especialista.
Pero remarcó que «no tienen conciencia de la angustia que provocan y lo que se mueve operativamente desde lo judicial y policial».
La responsabilidad adulta
Cuando un adolescente decide irse, la mayoría de las veces responde a un comportamiento normal, sobre todo cuando el chico se considera maltratado, ya sea psicológica o físicamente. Pero a los padres les cuesta aceptarlo, de hecho, el pensamiento más recurrente es que el chico ha sido secuestrado o hasta víctima de trata, y niegan tener alguna responsabilidad al respecto.
El Post se comunicó con varios de los teléfonos que las familias dejaron en los más recientes mensajes viralizados de adolescentes perdidos, y que ya retornaron a su hogar. La mayoría prefirió no explicar las razones por las cuales estos chicos decidieron irse, aunque la madre de un menor que no retornó a su casa luego de haber salido de la escuela, y que fue encontrado un día después, explicó el motivo - algo avergonzada, por lo que pidió permanecer en el anonimato- y contó que el menor no volvió a su hogar porque "ya se le había hecho tarde y temía que lo retaran". Hay que agregar que cuando un niño es encontrado, en general, la familia no llama a los organismos oficiales para avisar que lo encontró.
«Como sociedad argentina tenemos un diagnóstico de la raíz de nuestro problema, y se llama anomia, que es el no cumplimiento de las normas. Es normal que un chico se disguste por esas normas, pero hoy en vez de pelearlas, lo que hace es saltarlas, nos pegamos un susto, y a veces hasta llegamos a tener tristes noticias. No miden el efecto de los que los amamos», consideró Caballero.
Y agregó que el abandono del hogar «es una forma equivocada de pedir ayuda. Y los adultos nos hemos descuidado en hacer ver que todo tiene consecuencias».
Por qué los fines de semana
Llama la atención que el pico de chicos que se van de su hogar se presenta luego de los fines de semana, sobre todo si son largos, que es cuando más tiempo el adolescente pasa con su familia. Tanto la psicopedagoga Nancy Caballero como desde el Poder Judicial intentaron explicar este curioso fenómeno.
«Antes cuando un chico tardaba en regresar a la casa se sabía quiénes eran sus amigos. Hoy es más difícil, tienen contacto con mucha gente en un entorno de límites flexibles», aseguró la especialista.
«Los chicos juegan con el límite y se supone que sea así, el problema son los adultos que ponen en juego esos límites, y es precisamente durante los fines de semana cuando los padres dicen ‹no› y los chicos no saben aceptarlo. Durante la semana, la rutina hace los límites más claros», consideró Caballero.
Desde el área de Comunicación del Poder Judicial confirmaron este fenómeno, y expresaron: «Los fines de semana largo suelen haber más averiguaciones de paradero; de hecho este fin de Semana Santa hubo cinco el lunes, dos el martes, y este año, ya estando en abril, tenemos más averiguaciones de paradero que todo el año 2016».