Complicados judicialmente, los gitanos de Guaymallén no cesan en sus estafas en la venta de autos. Admitieron los curros, pero no dejan de hacerlos.
Están acorralados, pero los gitanos mendocinos siguen estafando
Desde hace al menos dos años, el Post viene revelando las estafas que los gitanos de Guaymallén vienen cometiendo a través de la venta de autos a incautos de diversas partes del país.
Los hay de Córdoba, San Juan, Santiago del Estero, y otras provincias. Todos han caído en el engaño al querer adquirir vehículos ofertados a través de clasificados y páginas web online.
En tal marco, los damnificados suman más de 200 y, aunque los elementos de prueba están a la vista, los timos no han cesado en lo más mínimo.
Ahora mismo, si cualquiera se mete en el portal Mercado Libre, podrá ver cómo los gitanos siguen ofreciendo automóviles y camionetas a precios irrisorios a efectos de lograr convencer a los incautos de siempre.
El modus operandi fue revelado por los propios estafadores en sede judicial luego de que un grupo de ellos fue detenido en julio del año pasado en el contexto de puntuales expedientes por estafa que se iniciaron oportunamente.
Allí, los mismos gitanos admitieron que ofrecían vehículos que luego jamás entregaban a posteriori, ello a cambio de jugosas sumas de dinero, en el contexto de una verdadera “asociación ilícita”. El acuerdo judicial les permitió ser sometidos a un juicio abreviado y acordar una pena de 3 años de prisión en suspenso.
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Los “beneficiados” fueron Nicolás Esteban Milanovich, Diego Armando Esteban, Milan Esteban Juan, Espiro Esteban, María de los Ángeles Costich, Julio Esteban y Darío Esteban.
Como parte del acuerdo refrendado a nivel judicial, los gitanos devolvieron el dinero a algunos de los otrora estafados, pero solo a unos pocos. No más de tres o cuatro.
Al mismo tiempo, como se dijo, continúan operando a través de la venta de vehículos que jamás entregarán.
“Los gitanos se avivaron e hicieron un buen acuerdo de prisión de suspenso”, puntualizó al Post Pablo Cazabán, abogado de algunos de los damnificados.
-¿No fue un buen acuerdo para todos?
-No, nunca se hizo un juicio por las estafas, entonces nosotros, los querellantes nos opusimos al juicio abreviado, por las dudas les pedimos a los fiscales que hiciesen la acumulación de todas las estafas para que la pena sea efectiva.
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-El acuerdo beneficia solo a algunos gitanos por lo que tenemos entendido...
-Sí, la otra mitad de los gitanos hizo un juicio abreviado, pero no se les aceptó, se lo rechazaron, apelaron y todavía no se resuelve. El tema es que se trata de la asociación ilícita, a su vez hay que sumarle a todos las estafas.
-En ese punto, el de las estafas, ¿están complicados?
-En las estafas están todos imputados, ahora nosotros pedimos la apelación de imputación de mucha gente, muchas estafas que quedaron sin imputar.
-¿Les da bolilla la Justicia?
-Desde la semana pasada están imputando a más de treinta gitanos, la nueva fiscal, Susana Muscianisi, ha ordenado todas las causas de estafas, entonces si van a juicio van a ir con todas las causas acumuladas de estafas. Si no, tienen que empezar a arreglar.
-Han arreglado a muy pocos, ¿no?
-Sí, muy pocos casos han arreglado, pero ahora se suman un montón de estafas más, la situación de ellos es muy complicada porque, o arreglan las estafas o cuando vayan a juicio por las estafas, con una condena más —de cualquiera de las estafas—, tienen prisión efectiva.
-A pesar de ello, hemos visto que los gitanos siguen vendiendo vehículos por Mercado Libre
-Es cierto, siguen vendiendo las camionetas. Sin embargo, la fiscal ordenó el secuestro de algunos vehículos, después impulsó una medida cautelar sobre los vehículos sobre los que habían hecho las estafas.
-Insisto, ¿cómo es posible que sigan vendiendo por Internet?
-Ya hemos pedido que embarguen esas publicaciones. Si bien no es delito la publicación en sí, sería un acto preparatorio, que es impune. Al menos lo hemos puesto en conocimiento de los fiscales.
-Hablando de fiscales, ¿cómo actuaron en esta causa?
-La última fiscal, Muscianisi, bien. A los anteriores les vinimos pidiendo medidas y no nos dieron ni pelota. La verdad que la actuación de los fiscales ha sido lamentable.
En primera persona
Los casos de estafados por los gitanos de Guaymallén son múltiples y variados. El Post ha revelado media docena de ellos. La mayoría, como se dijo, siguen impunes a pesar de todo lo ya demostrado.
Hay uno en particular que jamás fue contado y que resume lo que otros han vivido, es el de Jorge Alberto Bizoto, de Santa Fe. Así lo ha contado a este diario:
Yo fui en septiembre de 2013 a hacer un negocio con la gente que esta en la ruta 7 en el kilómetro 1030, con la familia de Esteban Juan. Ellos publicaron en el diario La Capital de Rosario varias veces.
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Un empleado mío llamó por teléfono por un camión, yo tenía un auto Mercedes Benz en ese momento y le preguntó si recibían el auto; yo le compraría el camión. Dijeron que sí pero que vaya para allá con el auto, que lo querían ver, y así yo, de paso, veía el camión.
Fui a revisar el camión y estaba todo perfecto, estaba ahí y no tenía ningún problema de papeles, nada. Entonces ellos me preguntaron si yo iba a llevar la plata, el negocio era así: el Mercedes lo valuaban en $200.000 y tenía que agregar $180.000, que era lo que valía el camión.
Ellos me dan la posibilidad de girar el dinero, después me fuí para Mendoza y para firmar el 08, para poder hacer la transferencia. El camión estaba radicado en Jujuy a nombre de uno de los gitanos.
Ahí empieza el problema: cuando vamos a hacer los negocios, que vamos a firmar el 08, ellos aparentemente tenían que ir a Jujuy a retirar los papeles al registro automotor. Ahí empezó el problema, me dijeron que el lunes me llevaban el camión acá. “No me lleves el camión”, le dije, “yo mando un chofer”.
Entonces empezaron con que tenían problemas, el mismo cuento que le hicieron a todo el mundo. Yo en ese momento vendí un camión usado que tenía y esa plata se la di a esta gente. Les di cuatro cheques de $110.000 para hacer negocios con otro camión que tenían ahí para comprárselo a mi hijo.
Ahí empezaron nuevas excusas: “Esperemos un poquito, lo hacemos tal día, aguntame”. Siempre con ese problema de “esperame, aguantame”. Luego me di cuenta de que el mismo camión que yo había comprado lo estaban publicando en Mercado Libre.
Otra de las damnificadas, Sandra, cuenta una historia similar, solo que la mujer es de Santiago del Estero: “Fui estafada por gitanos mendocinos. De km 1029. Nos sacaron una chata nuestra herramienta de trabajo. Nos sacaron nuestros ahorros. Se burlaron de nuestra confianza . nos amenazaron de muerte. ¿Como una provincia tan bella puede tener esa clase de gente que deja mal parada a la provincia?”.
Los casos se multiplican y ya superan los 200 damnificados. Todos calcados entre sí, con una justicia que avanza demasiado lenta.
A esa suerte de burla judicial debe sumarse la mofa de los propios gitanos, que envían a sus propios estafados fotografías por Whatsapp donde se muestran con grandes fajos de dinero. El mismo que les han birlado anteriormente.
Mucho podría decirse, pero basta recordar lo que alguna vez sostuvo Martin Luther King: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza en todos lados”.