Una víctima de abuso contó que hace al menos tres años se conocen los abusos del padre Corradi en el Instituto Próvolo de Luján.
Caso Próvolo: "Lo de Corradi lo sabía hace 3 años"
Julieta Añazco es integrante de la Asociación Sobreviviente de los Abusos Eclesiásticos de La Plata. Habló en Radio Mitre Mendoza y contó que hace tres años que sabe lo que pasa en el Instituto Próvolo. Además narró que en la década del 80 fue abusada por un cura en La Plata.
“Yo fui víctima. Pude hablar después de más de 30 años. Mi mente bloqueó esto, lo olvidó. Hace tres años atrás empecé a recordar y comencé a denunciar. Yo busqué al sacerdote que me abusó y con sorpresa lo vi celebrando misa”, sostuvo.
Al mismo respecto sostuvo: “Yo hice la denuncia penal y eclesiástica. Imaginamos que no sigue celebrando misas, pero sigue siendo sacerdote. Antes de mí hay dos denuncias penales del 86 del 95 y nunca estuvo detenido”.
Acto seguido, Julieta contó que hace años conoce el caso del Próvolo: “Hace tres años que lo sé. Porque cuando empecé a recordar, comencé a contactarme con víctimas argentinas y también con víctimas de otras partes del mundo. Así llegué a Italia y los sobrevivientes de allá al enterarse de que yo era argentina inmediatamente me pasaron los datos de quienes fueron trasladados desde Italia para acá. Ahí estaba Corradi”.
La mujer contó que “Corradi estaba estaba en el Próvolo de Italia. Primero estuvo en La Plata y después en Mendoza. Como yo vivo en La Plata me involucré tanto, yo paso casi todos los días por el Próvolo de La Plata y no puedo dejar de pensar en esos niños”.
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Julieta aseguró también que está dispuesta a prestar declaración en Mendoza: “En lo que pueda ayudar estoy dispuesta. Son muchos niños y lo peor de todo es que son muchas generaciones. Cuando uno abusa de un niño lo hace sistemáticamente y los niños no mienten. Yo defiendo el derecho de los niños”.
Finalmente, dio recomendaciones a los padres de los chicos abusados: “Pido a los padres que lleven los chicos a terapia, no es fácil hablar de esto, a mí me llevó más de 30 años poder decir lo que me pasó. Imaginate un chico con hipoacusia, es más vulnerable. Les deseo mucha fuerza, si se quieren contactar conmigo estoy para ayudar en lo que pueda”.
“No digo que todos los curas sean abusadores, pero muchos aprovechan el momento de la confesión que es un momento secreto para llevar a cabo sus actos. Así que preguntemos qué es lo que pasa, qué hablan, qué hacen. No tienen por qué tocar a los niños, hacerles upa ni nada”, culminó.