La asociación Sobreviviente de los Abusos Eclesiásticos solicitan a través de las redes sociales que las víctimas platenses se animen a dar su testimonio.
Próvolo: desesperado pedido para que denuncien las víctimas de La Plata
Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, los dos sacerdotes detenidos en Mendoza acusados de abuso sexual contra niños sordos del Instituto Antonio Próvolo de esa provincia, trabajaron en institutos y colegios religiosos de La Plata, por lo que una asociación que nuclea a víctimas de abuso eclesial convocó a las posibles víctimas platenses a que "se animen a denunciar".
Corbacho se desempeñó en el instituto Il Próvolo de La Plata y el colegio Nuestra Señora de la Merced de esa ciudad, hasta febrero último, en tanto Corradi trabajó también en Il Próvolo en La Plata, en la década de los 90.
Julieta Añazco, integrante de la asociación Sobreviviente de los Abusos Eclesiásticos, explicó que “un abusador nunca abusa de un solo niño ni una única vez, sus abusos son sistemáticos, por lo que es muy posible que estos sacerdotes hayan abusado de algunos de los niños con los que tuvieron contacto en esos establecimientos”.
“A las mamás y papás de esos niños que tuvieron en contacto con estos sacerdotes les digo que les crean lo que ellos cuenten, que no están mintiendo y que se animen a denunciar, que es una lucha difícil la que les espera pero hay que hacerla para cuidar a nuestros niños y niñas”, destacó.
Añazco destacó que quienes sean víctimas de estos sacerdotes se contacten a través de la página de Facebook de la entidad para ser asesorados y obtener contención.
La mujer fue abusada en su niñez, en la década de los `80, por el cura Héctor Giménez, en los campamentos que organizaba el párroco en la localidad platense de City Bell. Durante 30 años su mente anuló los abusos sufridos, como una forma de autopreservarse, y recién en el 2013 pudo denunciar a este sacerdote y contar lo sufrido.
A partir de ese momento inició un largo camino de lucha a nivel judicial y eclesiástico para lograr una condena para Giménez, lo que aún no consiguió pero esta traumática experiencia la llevó a investigar sobre la recurrencia de casos de abuso sexual infantil de parte de sacerdotes.
En el marco de su investigación, Añazco supo que Giménez había sido denunciado penalmente por abuso a niños en 1986 y en 1995, a pesar de lo cual la Iglesia no había dispuesto su separación y entrega a la justicia.
Giménez fue trasladado a otras localidades y actualmente vive en el barrio Los Hornos de La Plata, “frente a una cancha de fútbol infantil”, remarca su víctima, quien hace un año logró ser recibida por el Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de La Plata para plantear su caso.
Ver: Próvolo: a los chicos los abusaban llamándolos por turno