Son diez casos de detenidos por delitos ocurridos el mes pasado. Algunos, son escandalosos. El gobierno analiza los expedientes.
Viva la ‘Pepa’: más delincuentes en la puerta giratoria
La Justicia ha tenido paciencia con el ciudadano Franco Robinson Castillo Ríos (41). O bien, es un hombre que ha tenido suerte.
Más de veinte veces cayó preso desde 1998, cuando tuvo una causa por hurto. Por entonces, Castillo Ríos tenía 23 años. Su prontuario se fue abultando con el tiempo. En 1993 fue condenado por robo agravado. Tres años después fue absuelto en una causa por robo. En 1996 y 1997 lo absolvieron también por destrucción de bienes del Estado y resistencia a la autoridad. Hay más: Sobreseído en 2001 por robo agravado, lo mismo 2005 y 2006.
Castillo Ríos también tuvo causas por abuso de armas, amenazas, hurto, robo simple, encubrimiento… En los registros judiciales de Mendoza, tiene al menos una entrada a alguna comisaría por un delito grave cada año. Pero sólo fue condenado en 1993 a tres años de prisión, para caer de nuevo en el delito. Parece que en las últimas veinte veces que cayó detenido fue inocente, incluso en la última aventura de la que lo acusaron: El 5 de setiembre de este año, con la ley de “reiterancia”, nuevo régimen de prisión preventiva y otras modificaciones que el gobierno consiguió por ley plenamente vigentes; alguien irrumpió en una vivienda de la calle Mitre al 400 de Guaymallén, y se llevó una gran cantidad de electrodomésticos, que fueron hallados en una vivienda usurpada en la que reside Castillo Ríos.
A Castillo Ríos se lo llevaron preso, pero no está en la penitenciaría. Ello quiere decir que un fiscal no acusó, o que un juez de garantías lo liberó. En el gobierno tratan de averiguarlo, tarea nada sencilla porque hay que andar correteando expedientes y papeles para conseguir información, en un andamiaje absolutamente vetusto.
Hay una treintena de casos como el de Castillo Ríos que el gobierno está analizando con lupa. Los funcionarios, empezando por el gobernador Alfredo Cornejo, tienen la seguridad de que hay un grupo de jueces y fiscales que están conspirando contra las reformas en Justicia y Seguridad, por razones políticas, ideológicas, corporativas, o en algún caso… por conveniencia. Para certificarlo, se han puesto a hurgar en los expedientes de una serie de personas detenidas durante el mes de setiembre, que sin embargo no fueron ingresadas al sistema penal.
En algunos casos, aún no están seguros si la generosa libertad con la que personas que cometieron delitos, aun graves, fue otorgada por decisión de un juez o de un fiscal. Pero el escándalo es grande.
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El caso más mediatizado es la libertad ordenada por el juez del Sexto Juzgado de Garantías David Mangiafico sobre siete personas sospechadas de encubrimiento, tenencia de armas de guerra, tráfico, abuso de armas de fuego de uso civil, y otros delitos; luego del enorme operativo en una finca de Colonia Segovia. Encontraron de todo, hasta 165 kilos de marihuana. Pero por decisión del juez federal Mariano Garnica primero y de Mangiafico después, no hay ni un detenido. Parece que “los chicos” eran todos inocentes albañiles que construían una cancha de fútbol mientras a su alrededor alguien acumulaba armas de guerra, municiones, autopartes y electrodomésticos robados, y más de 200 ladrillos de marihuana. Lo de la celda con puerta trampa, túnel y ventilación, es una "yapa".
Aquel caso se mediatizó por lo escandaloso e incomprensible de los fallos, ya que igualmente las personas detenidas quedaron imputadas. Pero hay otros casos, menos llamativos, pero que sorprenden por la acumulación. Podría decirse que el mes pasado, la Justicia ha estado liberando a un delincuente por día.
Asaltos reiterados
Lucas Martín Albornoz Gómez acumula diez casos de robos graves en diez años. Dos condenas, una de ellas en suspenso, y una prisión preventiva en 2014, aunque este año volvió a caer por robo agravado en la Unidad Fiscal de San Martín. El 8 de setiembre fue detenido después de una persecución. Lo acusaron de haber sido parte de una banda que ingresó a una vivienda rompiendo el portón de acceso, amenazaron a la empleada doméstica. La ataron con cables y la encerraron en una habitación. Pero Albornoz Gómez no fue ingresado al sistema penitenciario después de la detención. No está preso, aunque participó de un asalto importante. Lo encontraron escapando después de un rastrillaje con helicóptero.
El condenado que está libre
Germán Alejandro Albornoz es un caso distinto entre los analizados. Ha tenido menos suerte que el resto de los liberados, porque en apariencia y según los registros judiciales, fue condenado cuatro veces a seis años de prisión por distintos robos agravados. Tuvo condenas por robos en el Este mendocino en 2007, 2009, y 2011. Pero está en libertad. Este año participó además en el mismo asalto por el que fue detenido Lucas Albornoz, pero no está preso. Además de las cuatro condenas, fue sobreseído en varias causas. ¿No aplica para los casos de reiterancia? ¿Los otros dos casos anteriores, tampoco?
Zafa siempre
Jonathan Dillello tiene también varias entradas a las dependencias policiales, a raíz de una por año. Pero tuvo la suerte de haber sido sobreseído siempre. Incluso por una causa de homicidio en 2007. También se salvó en causas de resistencia a la autoridad, robo, y robo agravado. Ni siquiera el haber sido descubierto con las manos en la masa le significó la cárcel. El mes pasado, lo pescaron robando elementos en un vehículo, los vecinos lo vieron, y la policía lo detuvo escapando. No ha sido ingresado, no obstante, al sistema penitenciario de la provincia. Otra vez… ¿Quién lo liberó? Junto a él fue detenido escapando otro hombre con antecedentes “zafa siempre”, un tal Germán Ferrer.
Los casos se apilan. Juan Ramón Cano, Jorge González Tapia, y Eduardo García son otras tres personas detenidas el mes pasado por robo agravado, hurto, e incluso homicidio. Pero los tres están en libertad. También Emanuel Silva, Alan Arce Recabarren, acusados de diversos delitos y detenidos en setiembre están en libertad.
Homicidios, robos agravados, hurtos, robos simples, destrucción de bienes del Estado, resistencia a la autoridad, amenazas, abuso de armas, encubrimiento, atentados, robo en poblado y en banda, entraderas, tenencia de armas de guerra, daño agravado, extorsión, robo de automotores… Todos estos delitos forman parte del prontuario de las diez personas que hemos tomado a modo de ejemplo de “la puerta giratoria” de la Justicia. Hay una treintena de expedientes más del mes pasado, que están siendo analizados en las oficinas oficiales. El problema será qué hacer después con esa información.
Cornejo, especialmente, piensa que el principal problema que tiene hoy para sostener un rango de seguridad aceptable, es justamente la Justicia. Tener un procurador confiable como Alejandro Gullé fue un primer paso, porque podrá alinear a los fiscales en la investigación criminal, o en todo caso, quedarán en evidencia quienes no lo hagan. Precisamente, por los fallos “liberatorios” de setiembre hay tres fiscales en la mira. Concentrarían la mayoría de las decisiones que beneficiaron a personas detenidas, de acuerdo a las fuentes consultadas.
Días atrás, el ministro de seguridad Gianni Venier se quejó en el programa “Te Digo lo que Pienso”, de que las “cientos” de detenciones realizadas terminaban en la nada, ya que no había aumento de la población carcelaria. Luego fue Cornejo el que estalló, por los fallos de Garnica y Mangiafico en el caso de la banda de Colonia Segovia.
Es obvio que hay algo que no funciona. Hay jueces y fiscales que -directamente- no están observando la reiteración de delitos que puede sostener la decisión de una prisión preventiva, ni el endurecimiento del Código Procesal Penal, que otorgó a la justicia casi un “manual” para dictar prisión a personas sospechosos, con un grado de certeza importante. Pero ocurre todo lo contrario.
Aquí, hemos contado diez casos de personas detenidas el mes pasado con antecedentes frondosos, capturados en allanamientos, cuando estaban escapando, a través de testimonios incriminadores; que sin embargo están en libertad.
Hay jueces y fiscales que deberían dar explicaciones. Después, se quejan porque ciudadanos que se sienten inseguros y desprotegidos, los critican por defender los derechos de los delincuentes. Y se alarman cuando la "justicia por mano propia" es justificada por el 50 % de los consultados en una encuesta de Management & Fit.
Ni siquiera las nuevas leyes ni las reformas frenaron la puerta giratoria, que hoy está más aceitada que nunca.