Uno de los detenidos habló. Los datos aportados por la ex mujer de un acusado. El pozo para enterrar a Janet Zapara fue cavado dos días antes de su desaparición.
El siniestro plan para matar a Janet Zapata
El lunes 19 de este mes, dos días antes de la desaparición de Janet Zapata, uno de sus asesinos -Claudio Quiroga (30)- ya estaba cavando el pozo en el que la joven sería enterrada después de su asesinato, ocurrido muy probablemente en la noche del 23 de setiembre en un descampado perdido a la vera de la ruta 24, en El Algarrobal.
Mientras Quiroga metía la pala en la tierra, Janet aún llevaba una vida normal y sólo pensaba en festejar el cumpleaños de su hija de cinco años. ¿Cómo sospechar que a pocos kilómetros y por encargo de su novio-marido de varios años, alguien estaba cavando su tumba?
Quiroga hizo el pozo para enterrar a Janet por encargo de su jefe en un lavadero de papas de la zona, Juan Orlando "El papa" Manzano, amigo íntimo de Damián Minati, el novio de Janet y principal acusado de la conspiración para matarla. El dato, escabroso, surge de la declaración del propio Quiroga ante la fiscalía y la defensora oficial, llorando, aunque no reconoció ser el autor del crimen de Janet, ni tampoco haberla enterrado. Sólo admitió que le ofrecieron 15.000 pesos para cometer el crimen. Pero no se hizo cargo de haber disparado el revolver calibre 22 largo con que asesinaron a la chica. El hombre, sindicado como sicario, es empleado de Manzano en tareas de peón. Tiene antecedentes por amenazas, robo y robo agravado y nunca estuvo en un penal, delicias de la justicia mendocina.
El otro dato importante que reúne la causa es respecto del entramado de relaciones de Janet y del probable móvil del crimen. Un hombre joven que fue novio de la chica asesinada, años atrás, declaró ante la fiscal Ríos y entregó todo el material de sus chats y comunicaciones con Janet, ocurridas hasta la noche en que la chica desapareció para siempre. Justamente, este tipo de comunicaciones y una relación incipiente de reencuentro entre Janet y el joven habrían sido el origen del tan disparatado como espantoso plan para eliminar a la chica.
La joven madre Janet Zapata, habitante de Godoy Cruz, fue la primera víctima de los tres femicidios ocurridos en la última semana en la provincia, que desembocaron en una marcha masiva del colectivo #Niunamenos, y vergonzantes incidentes sobre el final, frente a la Legislatura.
El plan
Los hechos respecto del crimen se fueron desencadenando el fin de semana, antes de la aparición del cuerpo de Janet. Las pistas para llegar al triángulo asesino de Minati (el novio), Quiroga (el sicario) y Manzano (probable organizador del crimen) fueron sencillas.
La ex mujer de Quiroga le contó a una prima que el hombre tendría 15.000 pesos, porque le habrían ofrecido matar a una chica. Fue esta segunda mujer la que llamó al 911 el lunes, y la primera en declarar, advirtiendo que el tal Quiroga estaba involucrado en la desaparición de una de las dos jóvenes. Pero no supo distinguir de cuál de ellas, en referencia además a Julieta González, la joven maipucina que apareció muerta el martes en un descampado de Cacheuta. Por eso hubo incertidumbre el lunes en El Algarrobal, hasta que reconocieron el cuerpo de Janet por sus piercings y sus tatuajes, en la noche del lunes, dato que la familia confirmaría más tarde. Luego, declaró la ex esposa de Quiroga, cuando Damián Minati ya estaba detenido en Contraventores.
A medida que pasan las horas, las pruebas acumuladas en contra de los tres detenidos por el crimen de Janet Zapata resultan cada vez más abrumadoras. Sobre todo, porque Quiroga, empezó a hablar. Fue quien orientó la investigación hacia el tercer imputado, Juan Manzano. Les contó a los investigadores y a su defensora oficial que Manzano le había encargado hacer el pozo, y el crimen. Y que el hombre había viajado a Chile el mismo lunes en un camión de la madre de Minati. De allí la relación entre el novio despechado de Janet, pareja aún de la chica y padre de su hijita, y el probable organizador del asesinato y contacto con el sicario, Juan Manzano. No sólo eran amigos. Tenían además relaciones comerciales.
La justicia tramitó rápido los allanamientos, por teléfono. En uno de los domicilios de Manzano hallaron los 15.000 pesos, único dinero en la casa, aunque parezca increíble. Y el hombre fue detenido el martes cuando regresaba de Chile, como acompañante en un camión de la familia Minati. Por eso fue detenido en Potrerillos, cuando un retén que contaba con la orden de captura y la identificación del camión, se lo llevó preso. Ahora, los tres afrontan cargos de homicidio agravado, y en el caso de Minati, además fue acusado de femicidio. Y podrían ser condenados a reclusión perpetua en caso de ser hallados culpables.
Quiroga, en su “semi confesión”, dio otro dato que eriza la piel. Mientras hacía el pozo para enterrar a la chica, dos días antes de la separación de Janet, contó que Manzano y una persona de la que dio una descripción física que coincide con Minati, hablaban del crimen.
La causa por el crimen de Janet parece encaminada, aunque aún restan atar cabos sueltos. Por ejemplo, en qué momento fue secuestrada y dónde. La Justicia no cuenta aún, según trascendió, con las filmaciones de las cámaras de seguridad en la zona de La Barraca Mall, donde Minati dijo que había dejado a la joven. Tampoco se sabe por qué el hombre esperó 48 horas para denunciar la desaparición de su mujer. Su denuncia coincide con el momento en que –de acuerdo a la necropsia- Janet fue asesinada.
Vaya uno a saber cuánto tiempo pasaron planificando este crimen horrendo.
Minati –qué duda cabe- hizo matar a su pareja por celos. Habría descubierto conversaciones de WhatsApp entre Janet, y el ex novio que se presentó a declarar y dejó su teléfono a disposición de la justicia. El contenido de estas conversaciones no se conoce. Pero sí se sabe que Janet le había contado al joven que estaba “muy mal” con Minati y que pensaba dejarlo. La última conversación con el joven fue el miércoles 21 por la noche. Luego, él no pudo volver a comunicarse con su ex novia.
Janet no tuvo tiempo de abandonar a Minati, y mucho menos de reiniciar la relación con aquel novio de la adolescencia. No le dieron oportunidad. La mataron al lado de un pozo infame, de dos balazos, luego de golpearle en el rostro y el cráneo con brutalidad.
Misterio por Julieta
La muerte de Julieta González (21) sigue en el misterio. Aunque se ha tomado declaración a familiares, amigos, y posibles relaciones, no hay aún pistas sobre él, o los asesinos. Sí se sabe que personas que habrían manifestado tener relaciones con la chica maipucina entregaron teléfonos, paraderos, y pusieron a disposición sus vehículos. Entre los hombres que se presentaron a declarar, hay uno que porta uno de los apellidos más conocidos de la vitivinicultura del Este.
Julieta apareció golpeada en la cabeza y atada de pies en un pedregal cercano al penal de Almafuerte.