El escándalo por compraventa de materias de la universidad más importante de Mendoza va camino al olvido. Solo han sancionado a tres perejiles. Documentos que queman.
Compraventa de materias en la UNCuyo: camino a la impunidad
Una vieja y conocida frase del saber popular asegura que "el hilo siempre se corta por lo más delgado". Eso mismo es lo que parece haber ocurrido en el caso de la compraventa de materias en la Universidad Nacional de Cuyo, del cual el Post ya ha escrito docenas de páginas y revelado no pocos documentos.
Es que, dos años y medio después de que explotó el escándalo, los únicos sancionados son tres empleados "no docentes" de esa casa de estudios. A estos han responsabilizado por ese terrible hecho.
Nada ha ocurrido respecto de las impliancias políticas del asunto y mucho menos con los alumnos, parte esencial de la trama que este diario ha investigado como nadie.
En ese contexto, la preocupación es mayúscula y recorre los diversos estamentos de la UNCuyo, principalmente —como era de esperar— el que tiene que ver con el personal no docente.
En las últimas horas, este diario accedió a un documento refrendado por la Comisión de Asuntos no Docentes donde se sugiere al Consejo Directivo de la UNCuyo "la absolución de todo el personal no docente afectado al sumario de venta de materias". El argumento para que ello ocurra se sostiene del siguiente análisis:
"No se encontró ninguna prueba del ilícito denunciado. De ninguna manera se puede avalar una sanción al no haber una plataforma probatoria mínima que nos lleven a avisorar una vinculación directa con los ilicitos investigados. Imponer una sanción sería olvidar el principio constitucional del beneficio a la duda (in dubio pro reo)".
Ver también: UNCuyo congeló la investigación por compraventa de materias
Para despejar las dudas, el escrito aclara: "La instrucción llevada adelante desde hace casi 2 años no logró hallar una prueba de carácter testimonial, pericial, instrumental, etc, que vinculara directa o indirectamente a ningún compañero con la venta de materias".
Acto seguido, el documento aconseja cómo se tendría que haber actuado: "Al exceder la investigación de estos hechos el acto meramente administrativo y pasar a la justicia Federal, se debió paralizar de inmediato la investigación administrativa a la resulta del veredicto de la justicia, y fundamentalmente de ninguna manera imponer una mínima sanción en contra de quienes no hay sentencia judicial firme".
Finalmente, la comisión arriesga con dureza: "Pareciera que queremos dar una imagen de condena hacia la comunidad, más que buscar la verdad sobre quienes son los responsables (...) Es sugerencia de esta comisión que se arbitren las medidas correspondiente para detectar y sancionar a los responsables políticos que formaron parte de este proceso y hasta el momento no fueron investigados".
Más claro, echarle agua.
Un caso testigo
De los tantos casos de impunidad vinculados a la compraventa de materias en la UNCuyo, hay uno que quedó al descubierto el pasado 2 de setiembre luego de que un docente llamado Daniel Peña enviara una carta privada al Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de esa casa de estudios.
En la misiva, el profesor plantea la situación de una alumna de la carrera de Comunicación Social llamada María Sol Brandi, número de registro 15.435, "quien se ha presentado a cursar la cátedra Marketing, Publicidad y Propaganda, que dictamos en este cuatrimestre".
Peña se muestra sorprendido porque "teníamos entendido que esta alumna estaba sancionada por estar vinculada al tema de la compra de materias detectado oportunamente en la Facultad (...) Nunca cursó nuestra materia ni nos consultó antes de irse a cursar al exterior como hace cualquier alumno en similares condiciones para aclarar si le vamos a reconocer la materia al regreso de acuerdo al programa que van a cursar".
El docente recuerda en su misiva que Brandi le manifestó que tenía todas las materias aprobadas, "sin embargo un par de días después me notificaron desde coordinación de tesis que la alumna no estaba en condiciones de presentarla por estar involucrada en el tema de compra de notas que se había descubierto en esos días".
Ver además: Compraventa de materias y mentiras judiciales
Luego, el profesional deja una frase que sugiere que la UNCuyo está relacionada con otros hechos de corrupción: "Lo que me molesta como egresado y docente de esta casa de estudios en la que he pasado la mayor parte de mi vida es que desde un tiempo a esta parte se vienen presentando situaciones de corrupción que nunca terminan de resolverse (...) Por mencionar solo alguna de tantas de esas situaciones extrañas" que han ocurrido en el pasado reciente les recuerdo el caso de la maestría trucha con la Universidad de Barcelona, en la que en lugar de sancionar a los involucrados, a algunos se los ha premiado con cargos y mayores dedicaciones".
A continuación, Peña sugiere algo peor: que las irregularidades se tapan en esa casa de estudios. "Si alguno de Uds. no conoce el caso les recomiendo que lean el expediente; si es que lo encuentran, porque en una costumbre que se ha ido arraigando barremos la mugre y la escondemos debajo de la alfombra".
El docente se queja de que se ha sancionado "a algunos de nuestros compañeros de trabajo del personal de apoyo académico sospechosos de estar involucrados en el tema, separándolos de sus funciones mientras que los alumnos implicados siguen cursando y rindiendo materias como si nada hubiera ocurrido".
En tal marco, el profesor explica lo obvio, aquello que parece haber pasado por alto para las autoridades de la UNCuyo: "En cualquier facultad de las universidades nacionales, (para citar solo los casos de nuestro país), cuando han ocurrido casos similares al nuestro se ha comenzado suspendiendo a los alumnos y al personal sospechado y al poco tiempo alguno de los alumnos ha contado cómo funciona el sistema, porque como todos sabemos 'el hilo se corta por lo más delgado'".
Al final de su carta, Peña da un ejemplo de cómo actuaba las autoridades de la UNCuyo en el pasado ante casos de eventual corrupción: "Siendo yo estudiante, la mejor alumna de la facultad, promedio diez, uno de los cuatro o cinco mejores promedios de todas las Universidades Argentinas, tapa de la revista Gente de aquella época, como ejemplo de lo que eran los estudiantes que se dedicaban a estudiar, y no andaban perdiendo el tiempo en otras actividades como la militancia política, (les recuerdo que estábamos atravesando la dictadura de Lanusse), se presentó a rendir su última materia con toda la expectativa que eso había generado, sin embargo tuvo la mala idea de cambiar las bolillas, (En aquellos años se rendía sacando bolillas de un botillero), fue descubierta por el tribunal examinador y sancionada con una suspensión de cinco años para cursar en cualquier Universidad, todo se resolvió en menos de un mes, si la memoria no me falla su nombre era Mirta Pascual".
El profesor culmina solicitando "una resolución al respecto de inmediato, ya que el cuatrimestre está en marcha y será bueno no sentar precedentes, porque de lo contrario terminara el cursado y luego rendirá y si aprueba estaremos convalidando un fraude, claro que ahora quedará limpio, y esto acá o en cualquier lado se llama corrupción, así que después no andemos rasgándonos las vestiduras en los pasillos o en las aulas despotricando contra los corruptos porque si convalidamos esto, estamos en la misma condición que aquellos que hoy ocupan la primera plana de los diarios o el prime time de la TV o el trending topic de las redes sociales".
Colofón
Está claro que todo lo que ocurrió después de que se descubrió el escándalo de compraventa de materias fue apenas un "acting", una mascarada para hacer creer que se iba a avanzar contra la corrupción.
Se creó incluso una rimbombante unidad de Control Administrativo de Certificación Académica, a cuyos efectos se contrató incluso a personas que apenas estuvieron un par de meses.
A ese respecto, el siguiente documento expone el caso de Ana Da Vía, quien solo estuvo durante abril y mayo al frente de esa unidad. ¿Y luego qué? ¿Acaso se acabó la corrupción?
Baste mencionar uno de los casos emblemáticos, desnudado por el Post: el de Matías Moyano. En una de las reuniones de Consejo Directivo se informó que sería "denunciado e investigado" el título de Lic. en Ciencias Políticas que le había sido otorgado por estar sospechado este último de comprar materias.
Ver además: Los documentos que comprometen a la UNCuyo
Sin embargo, hasta el día de hoy jamás la UNCuyo ha dado informe alguno sobre la supuesta investigación. Todo lo contrario: como publicó este diario, Moyano fue incorporado al registro de "graduados". Un papelón.
Lo antedicho es solo un botón de muestra. Un ejemplo sencillo de lo mal que ha actuado la universidad ante un escándalo mayúsculo, quizás el más relevante de toda su historia.
La duda que persiste, la que muchos allí se hacen hasta el día de hoy, es por qué la UNCuyo se juega a perder su prestigio solo a efectos de proteger a bribones de la talla de la decana Claudia García o el secretario General Gustavo Montoya.
¿Qué es lo que hay detrás de toda esta película, de la cual parece que solo pueden percibirse unos pocos fotogramas? Los interrogantes son muchos; las respuestas, ninguna.