Como anticipó el Post, el juez quiere meter presa a Cristina, pero no por el dólar futuro. Los 3 expedientes clave.
Bonadío quiere esta foto; Cristina le teme
La La historia tiene bastante de mito, mucho de especulación y bastante poco de realidad. Se trata de la investigación que lleva adelante la justicia sobre Cristina Kirchner por los supuestos delitos de enriquecimiento ilícito, falsificación de documento público y adulteración de declaraciones juradas.
Tiene que ver con el expediente que lleva adelante el juez más odiado por la expresidenta, Claudio Bonadío, sobre la base de una denuncia que el 4 de abril pasado radicó la diputada Margarita Stolbizer.
Es por el caso del complejo "Los Sauces", cuya composición accionaria está integrada por la propia Cristina (45%), Máximo Kirchner (32,5%) y Florencia Kirchner (22,5%), entre otros.
Lo que sostiene la denuncia de Stolbizer, es que la sociedad Los Sauces S.A. habría sido usada para cobrar precios por encima de los de mercado por otros alquileres y ventas de inmuebles, a través de negocios que involucrarían a los dos empresarios más emblemáticos del kirchnerismo, Lázaro Báez y Cristóbal López.
En ese contexto, a López se le habrían alquilado cocheras y departamentos en Puerto Madero, mientras que a Báez se lo vincula con dos complejos de departamentos en Río Gallegos, construidos por Austral Construcciones, la empresa creada por Báez.
Hasta ahí, lo sabido. Lo que refieren las crónicas periodísticas. Pero, ¿hasta dónde llegará Bonadío? ¿Cómo seguirá esta causa judicial? ¿Y las demás que involucran a Cristina?
Ver además: Bonadío quiere procesar a CFK como un "globo de ensayo"
Como anticipó el Post, el mismo juez ya ha decidido procesar a la expresidenta en otro expediente, el del denominado “dólar futuro”, donde ya ha sido imputada junto al exministro de Economía, Axel Kicillof, y el entonces titular del BCRA Alejandro Vanoli.
Hay quienes juran incluso que el magistrado ya tendría redactado el auto de procesamiento de la exjefa de Estado.
Finalmente, nada ocurrirá con Cristina, al menos en esa investigación. ¿Cómo alguien podría demostrar que la expresidenta dio la orden de mantener “forzadamente bajo” el valor del dólar en el mercado marginal de compra/venta a futuro? Es imposible, desde todo punto de vista.
No obstante, como publicó este diario el 24 de abril pasado, la real intención de Bonadío no tiene nada que ver con ese expediente, sino con la investigación que complica a Cristina en el delito de lavado.
“La causa que lleva adelante Bonadío es una suerte de globo de ensayo para sus colegas, todos ellos deseosos de poner a la expresidenta tras las rejas”, aseguró el Post entonces.
En el mismo sentido, se advirtió que las complicaciones para Cristina llegarían a través de otros cuatro expedientes, dos de ellos “el de Los Sauces, y el de lavado de dinero por la que ya está preso Lázaro Báez”.
Complicaciones judiciales
En estas horas, hay tres causas judiciales que se entrelazan entre sí y que investigan hechos similares, aunque todas ellas reposan en juzgados diferentes.
Una es la investigación Hotesur, que hoy maneja el juez Julián Ercolini luego de que su par Daniel Rafecas se declarara incompetente.
La segunda, es la indagación que lleva a cabo Sebastián Casanello, relacionada a Lázaro Báez. Finalmente, está la tercera, la ya mencionada que tiene Bonadío consigo, Los Sauces.
En todas se investiga el mismo delito: lavado de dinero. Incluso las tres tienen reveladores puntos de conexión.
Sin embargo, todas avanzan por separado, lo cual conspira contra la posibilidad de vincular a Cristina con Báez y con Hotesur, donde ya se ha comprobado que se lavó dinero, presumiblemente de retornos por la obra pública.
Por ello, en el mediano plazo, Bonadío tiene pensado pedir la unificación de las tres causas, lo cual complicaría a la expresidenta. Eso explica por qué Cristina insiste con la recusación del juez, lo cual jamás ocurrirá. ¿El motivo? Teme ir presa.
La fotografía de ese eventual momento la aterra, de manera inversamente proporcional a los deseos que ostenta hoy Bonadío. El juez ya lo ha dicho a sus pares: quiere llevarla tras las rejas, sea como sea.
Cuando le preguntan por qué está tan obcecado con Cristina, el magistrado suele citar a Paul Auster: “Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia”.