El fiscal Alberto Nisman imputó a la presidenta por "encubrimiento" por el pacto con Irán. Se trata de un funcionario relacionado a la Secretaría de Inteligencia.
Empezó la guerra de los espías contra CFK con AMIA de fondo
Este miércoles comenzó a librarse la batalla más dura de la guerra que libran los espías de la Secretaría de Inteligencia contra Cristina Kirchner.
Sucede luego de que el fiscal federal Alberto Nisman imputara a la presidenta de la Nación por el delito de "encubrimiento" a raíz de la firma del tratado de cooperación con Irán para avanzar en el esclarecimiento del atentado contra la AMIA.
Nisman sostuvo que la firma del tratado tenía como finalidad desvincular a Irán de la responsabilidad por el ataque, a cambio de obtener una contraprestación energética del gobierno de Teherán.
No solo ello: también pidió la declaración indagatoria de la jefa de Estado.
De acuerdo a la presentación de Nisman, que quedó radicada en el juzgado federal de Ariel Lijo, el Gobierno ideó un "sofisticado plan delictivo" destinado a favorecer a Irán y desvincular definitivamente a los sospechosos que son buscados por la Justicia argentina.
La imputación no es casual: Nisman responde a los intereses de los agentes de la ex SIDE que Cristina Kirchner removió de sus cargos, principalmente el siempre sospechado Antonio Stiusso.
Detrás de la trama, hay otra trama, espesa, que tiene que ver con el encubrimiento del atentado ocurrido el 18 de julio de 1994. Allí, no casualmente, aparecen agentes de inteligencia forzando una trama que no fue.
La disputa bien puede resumirse de esta manera: la “pista siria” versus la “pista iraní”.
Cristina cree que los sirios están detrás del magnicidio, pero los espías vernáculos hicieron todo lo posible para que avanzaran las sospechas contra los iraníes, aún cuando las evidencias fácticas apuntaban en favor de la primera línea de investigación.
Como sea, los espías que “manejan” a Nisman son los mismos que pusieron oportunamente en su cargo a su ex mujer, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, paradójicamente hoy alineada con el kirchnerismo.
Nada es coincidencia, ni siquiera el hecho de que las grabaciones aportadas por el fiscal especial le hayan sido proveídas por los agentes de la SI.
Se trata de charlas telefónicas privadas que involucran a los protagonistas del complejo tratado.
Según Nisman, las instrucciones partían de la propia Cristina quien instruía a su vez al camporista Andrés Larroque, que a su vez indicaba a Luis D'Elía y el líder de “Quebracho” Fernando Esteche qué debían hacer. Todos ellos son nexos locales de Irán.
Nisman está decidido a ir por todo —pidió incluso un embargo millonario contra la presidenta—, es la primera batalla de la guerra que viene. Será para alquilar balcones.
Cronología
Según el escrito de Nisman el "plan criminal" se inició el 23 de enero de 2011 en un viaje que el canciller Héctor Timerman hizo a Damasco, Siria.
Luego, viajó a Aleppo, donde se entrevistó con el jefe del régimen Bashar Al-Assad, y con su par iraní, Ali Akbar Salehi.
El canciller del régimen se lo comunicó por escrito al por entonces presidente de Irán: "Argentina no está más interesada en resolver aquellos dos atentados... en cambio prefiere mejorar sus relaciones comerciales", según consta en el escrito.
El ministro iraní reconocería dos años después sus encuentros con su colega argentino, pese a la negativa sistemática de Timerman.
El interés iraní en el memorandum, sin embargo, cayó luego de la frustración que significó la rotunda negativa de Interpol de dejar caer las circulares rojas emitidas contra los sospechosos del acto terrorista.