Luego del escándalo por la venta de materias, la UNCuyo avanzó en una auditoría. El problema es que los documentos que se necesitan para esto están en poder del Post.
Los documentos que comprometen a la UNCuyo
El escándalo por la venta de materias en la UnCuyo parece lejos de culminar. Oportunamente, el Post publico los documentos que prueban cómo se comercializaron puntuales calificaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Cuando esto sucedió, la universidad intentó minimizar lo ocurrido al asegurar que solo se había tratado de algún “empleado infiel”, que había intentado hacer dinero a través de la compraventa de materias.
Sin embargo, cuanto más avanza la investigación, más queda demostrado que las responsabilidades llegan hasta lo más alto del organigrama de esa casa de altos estudios. Si así no fuera, no se explica cómo y por qué:
-Se separó de sus cargos a quienes denunciaron los hechos de marras.
-Se ascendió a quienes aparecen señalados como responsables.
-No se auditó a todos los graduados; solo se circunscribió la cuestión a los que aparecieron denunciados.
-Nunca se terminaron de migrar los datos de un sistema a otro.
-Los alumnos sumariados siguen estudiando en la facultad.
-Las autoridades de la UNCuyo jamás aceptaron el debate propuesto por este cronista.
-Jamás se prestó atención a las denuncias sobre compraventa de materias que empezaron a llegar al rectorado en 2013.
En ese contexto, la UNCuyo comenzó una suerte de avanzada a efectos de blanquear su propia imagen. Para ello, contrató los servicios de la Universidad del Litoral para realizar una “auditoría interna” de egresados.
Las conclusiones de esa casa de estudios fueron los esperados: se encontró un solo caso de comercialización de materias: el del tristemente célebre Matías Mauricio Moyano. Para la Universidad del Litoral, no hubo mayores irregularidades.
Lo curioso es que, para realizar una auditoría de ese tenor, tendrían que haber consultado los “libro de actas”, que hoy están en la justicia y sobre los cuales solo se poseen fotos. Por ello, la Universidad del Litoral debería haber recurrido a las “actas volantes”, las cuales no están en poder de la UNCuyo, ya que las posee este diario, como se verá más adelante.
Y allí aparece el interrogante: ¿cómo hicieron entonces para auditar a los alumnos?
“Existe una posibilidad de que las actas que analizaron desde la Universidad del Litoral hayan sido adulteradas y las hayan hecho pasar por originales, lo cual haría dudar de la seriedad de esta auditoría, la cual estaba controlada además, por personal puesto por la Gestión”, dijo al Post una fuente de la propia UNCuyo.
-Está claro que la auditoría te genera sospechas…
-Sí, por muchas cosas. Por ejemplo, sabemos que hay muchos más alumnos que debían haber entrado en el sumario y no estaban (estos alumnos que quedaron afuera del mismo estaban en las mismas condiciones que los otros que sí entraron en el sumario), los alumnos sumariados siguen estudiando en la facultad y jamás se les dio una sanción, solo se le sacaron las materias que jamás habían aprobado. Me imagino que las actas volantes que tenés vos debe ser de estos alumnos, ¿no?
-Sí, de casi todos.
-Bueno, entonces es más complicado aún el tema, porque el Consejo Directivo, con el tema que muchos de esos alumnos sumariados y los que quedaron fuera del mismo, estaban pidiendo “certificados” sacó una Resolución al respecto (Res-205/15 CD). Estas actas volantes originales, son de una impresionante importancia, ya que las mismas deben estar resguardadas por la Facultad.
-¿Por qué son tan importantes las actas?
-Lo importante de estas actas volantes originales, es que son en las que los profesores que toman la mesa de examen vuelcan en puño y letra de los mismos. La nota de cada uno de los alumnos que se presentan a rendir y que obviamente estaban el listado de esa acta volante, y luego de eso la firman. Luego, de estas actas volantes que completan los mismo profesores, es de donde se saca la información para labrar en el libro de actas.
-¿Y vos creés que hay actas “truchas”?
-Sí, si se hizo una auditoría está claro que hay más de un acta original. La Justicia tendría que cotejar y controlar las firmas con las que hay en la facultad, lo que dejaría totalmente al descubierto que hay docentes involucrados en la venta de materias que tendrían que ir a la Justicia a verificar cuál firma es la original; todo esto con la complicidad de la actual decana Claudia García y de la exdecana Graciela Cousinet, y no solo un par de empleados infieles como quieren hacer creer.
-¿Por qué estás tan seguro de que estas tienen que ver?
-Porque yo mismo les dije en 2013 que estaban apareciendo denuncias por comercialización de materias y lo minimizaron.
-¿Cómo salta el tema de la compra de materias?
-Ustedes lo describieron muy bien en las notas que publicaron. En su momento, se tenían todas las situaciones académicas de alumnos activos de un año y se controlaba, de cada uno de los alumnos, cada una de las materias que figuraban en su situación académica. Esto se hacía con el Libro de Actas en principio. Se llegaba a las “actas volantes originales”; entonces comenzaron a aparecer las irregularidades. Era cuando en la situación académica de los alumnos aparecían materias aprobadas y en el Libro de Actas no aparecían tales materias. En ese sentido, el acta volante original era el segundo control y el que definía si esa materia la habían rendido realmente o era “trucha”.
Colofón
Hace pocas semanas se cumplió un año de la explosión del escándalo de la compra-venta de materias de la UNCuyo. El periodismo casi no habla del tema, pero la Justicia avanza raudamente en pos de establecer las responsabilidades del caso.
Mientras tanto, la universidad intenta zafar a través de un blanqueo de su propia imagen, lo cual ha logrado conseguir con relativa eficacia.
En tal sentido, este diario sigue acopiando evidencia que conspira contra esas intenciones. Parte de los documentos que conserva el Post son las actas volantes originales de los alumnos que fueron auditados en el 2014 y en los que se comprobó que tenían materias “aprobadas” de manera irregular.
Como dice una conocida frase del periodismo, habrá más novedades para este boletín.