Jaime Correas, propuesto por Alfredo Cornejo como nuevo titular de la Dirección General de Escuelas.
"El fracaso escolar es no aprender"
-Tu designación es la que dice “Cornejo quiere hacer algo distinto”, se salen del molde. ¿Qué es eso “distinto” que planean hacer?
-El sistema educativo de Mendoza necesita una mirada externa que haga las reformas necesarias para el gran objetivo de “aprender”. El nuestro es un sistema muy “autosatisfactorio” en Educación. Hace falta esa mirada que lo cuestione y que pueda hacer cambios. Con el conocimiento de los de adentro… Hay un sistema con 60.000 docentes, que de algún modo funciona. Hay que ponerle orden, objetivos. Lo distinto, encabezado por Cornejo que irá adelante con esto, es implicarse realmente en la política con la educación. Sucede lo que dice Guillermo Jaim Etcheverry. Todos dicen que les importa la educación pero cuando llegan a gobernar no hacen nada que lo demuestre. Nosotros vamos a meter los pies en el barro, y los vamos a meter a fondo.
-¿Cómo van a hacer para que los maestros “enseñen” y los chicos “estudien”? Parece que eso no pasa hoy en la escuela.
-Hay que recrear el pacto educativo entre la familia, los padres y la escuela. En Mendoza se ha roto, los padres se han ido, y tenés aulas con chicos que no quieren estar y maestros al frente que no pueden soportar a los chicos que justamente no quieren estar ahí. Por eso tenemos en Mendoza los máximos ausentismos estudiantil y docente. ¿Cómo se quiebra eso? Volviendo a traer a la familia a la escuela, empoderando al director. Los supervisores tienen una gran tarea por delante.
-¿Poder disciplinario?
-No sólo eso… Disciplinario, administrativo… de decisión… que un director no tenga que esperar seis meses porque se le llueve un techo.
-¿Tienen que volver las amonestaciones?
-Tiene que haber sanciones. Si me preguntás por las amonestaciones, hoy te diría que sí, pero no lo sé. Hay que consultarlo con el equipo de trabajo y con la comunidad educativa. Y consensuarlo. No se trata de que ponemos amonestaciones y entonces mejoran el orden y la disciplina y como consecuencia los chicos aprenden más. Es un conjunto de medidas que deben tomarse para dar la señal de que la cosa irá en serio, y que hay que aprender. Que habrá exigencias, rigor… y que no se va a “bajar la vara” por razones subalternas o por llenar estadísticas.
-Acá se bajó la “vara” de la educación…
-Sí… Si hay que saltar la vara “a cien”, te decían que saltaras 50, y en realidad saltaste 20 y aprobaste igual.
-¿Entonces…?
-Hay que cambiar conceptos culturales. El verdadero fracaso escolar es que el chico no aprenda. Si el chico no aprende y vos le decís que aprendió, es una estafa.
-Para cambiar esto necesitás aliados docentes. Y dos tercios de los 60.000 cargos de la DGE no están frente al aula. Hay un aparato burocrático educativo gigante, que no enseña. ¿Qué se hace?
-Hay desorden, del desorden, sobre desorden… y sobre desorden. Hay agendas inmediatas de este gobierno, que las ha planteado Cornejo. Una es la de ordenar, porque no puede ser que las cosas ocurran o se paguen seis meses después, nueve meses después… y me cuesten el doble. No puede ser que todos sean derechos y no haya ninguna obligación. El docente va a tener que volver al aula. Mendoza tiene una tasa de alumnos por docente que es de las más bajas del país, que es de nueve chicos por maestro. ¿Te imaginás si esto se cumpliera? La educación mendocina sería la de Finlandia. El elemento bueno es que el sistema educativo está… Hay que tomarlo y hacerlo funcionar.
-¿Y el “curro” de las misiones especiales?
-Es el típico mecanismo que hay en las instituciones, no sólo en la educación, donde se te cuelan todos los tipos… Hay que terminar con todas las misiones especiales… “para que el chancho aparezca” (risas). Y después sí, ver y asignar las misiones que sirvan, porque seguramente hay maestros que están bien asignados. Hay que ordenar. Sí quiero decir que hay mucha gente que trabaja, que hace esfuerzo, y que está deseosa de que lleguen el trabajo y el orden. Hay gente que se va a ir, porque no puede tolerar el orden.
-Cuando vos y yo hicimos la primaria en escuelas, en el orden de autoridad pública venían la patria y la maestra… Había grados de 30 chicos donde 25 prestaban atención y cuatro o cinco hacían despelote. Hoy es exactamente al revés. ¿Cómo hacés para revertir esa ecuación y que los chicos se interesen por lo que el maestro les enseña?
-El mundo ya lo está haciendo. Cuando se creó la imprenta cambió el conocimiento. Y el acceso a los libros. Con internet y con los celulares hubo otra revolución. Y nosotros tenemos que encontrar la vuelta. Yo digo… ¿No deberíamos pensar en que el celular esté afuera del aula? ¿No es un elemento de distracción para docentes y alumnos? ¿Sabés la cantidad de celulares que hay en el aula distrayendo a los chicos?
-Pero del otro lado no van a faltar los padres “rompe pelotas” diciendo “Yo trabajo en Panquehua y mi hijo tiene derecho a tener el celular y a estar en contacto conmigo”.
-Pues le diremos “Señor usted puede llamar desde Panquehua al teléfono de la escuela, y si el asunto es grave o urgente y no para preguntar dónde dejó las zapatillas azules, le vamos a comunicar con su hijo”. Nosotros crecimos en un mundo sin celulares. Es mentira que se necesita el celular las 24 horas al lado del oído. Hay que volver a poner el objetivo de “aprender” como primordial. Todo debe estar en función de ese objetivo. La estructura, los supervisores, los directores, los docentes… los horarios… Hay que volver a cumplir los horarios… ¿Sabías que hoy hay chicos que faltan 90, 100 días y no quedan libres, como nosotros? ¿Sabías que acá los chicos en vez de repetir el año con las materias que se llevan, sólo ‘repiten’ esas materias, cursan un rato y se vuelven a dormir en vez de ‘pelarse otro año entero para aprobar?
-En lo últimos años, especialmente en el segundo gobierno de Cristina, en la educación “bajó” una línea “militante”. El Néstornauta… La Cámpora en las escuelas… Hasta hemos visto cómics de Néstor y Cristina para los colegios. ¿Qué vas a hacer vos, en Mendoza, con todo eso?
-Yo no he visto eso, aunque sé que existe. Hay que darle seriedad a esto. Prefiero al Eternauta que es para soñar, que al Néstornauta que es para adoctrinar. Hay que resistir el adoctrinamiento. Hay cosas de muchísima calidad… Tiene que volver la literatura.
-Sí… pero pienso en muchos chicos que están “trapeando” y manejan menos de cien palabras… y los veo afuera… hablo con ellos… ¿Cómo los entretenés?
-Pasa porque ellos no tienen educación y porque es mentira que la educación es para entretener. Hay cosas que se consiguen sólo con esfuerzo. Te diría, que hasta padeciéndolas. Y porque hay cosas que para aprenderlas, tenés repetirlas muchas veces. Hay otras que no, que hay que soñarlas e imaginarlas… La clave está en los docentes. El buen maestro consigue entusiasmarte con los contenidos más áridos. Ahora, si el aula es un campo de batalla entre chicos maleducados y docentes que no quieren estar ahí, tendremos que hacer una cantidad importante de cosas que no se han hecho, como traer nuevamente a los padres al colegio, explicarles a los chicos que la educación es importante, que es futuro, que es progreso. Y acá se hizo al revés. Como no aprobaban con 50 te bajaban la barrera a 30, y te decían que sabías.
-Hablabas del orden, de la disciplina, del objetivo de aprender… ¿Qué opinás del sistema de calificaciones, debe cambiar, hay que hacer correcciones?
-Hay que cambiar conceptos. La evaluación no es un castigo. Es un método para indicar si vos sabés o no, sobre determinados temas. Si la evaluación me da mal, tengo que ver qué hago para que me salga bien. Y eso va a ocurrir cuando “aprenda”. Los pedagogos y los especialistas saben qué hacer. Cuando uno tiene fiebre, es una manifestación de que en el cuerpo algo anda mal y el médico sabe qué hacer. Pero si en vez de llamar al médico rompo el termómetro, la situación va a empeorar. Por eso es un error decir después “está mal medido” cuando hay organismos internacionales que miden desde Cuba hasta la Patagonia. Se miente. Lo mismo que cuando se plantea la falsa dicotomía entre inclusión y calidad. Como se ha “incluido” bajó la calidad. ¿Dónde dice que hay que bajar la calidad educativa para incluir? La calidad se cae por otras razones, no porque se incluyó. Cuba tiene al 100 % de los chicos incluidos en su sistema escolar y la calidad es muy buena. ¿Sabés por qué? Porque hay una cultura respecto a que lo que se hace en la escuela es muy importante. Y porque hay rigurosidad, rigor y disciplina. Es un pueblo educado para saber que la educación es un enorme valor que te salva de la pobreza, que te da de comer, te alimenta el espíritu. Vayamos a Ecuador a preguntarle a Correa… o Brasil… son países que trabajan su educación.
-En Mendoza hay maestros pobres sin internet…
-Hay que ayudarlos. Si la educación importa, hay que hacer todo para que importe. Si el maestro es la piedra angular, hay que ayudarlo en todo.
-¿Cómo va a ser tu relación con el SUTE? Supe de dirigentes muy preocupados… no quieren que asumas.
-Espero que la relación sea buena. Ahora… si el gremio consigue bajarme, será una noticia nacional de un gremio de maestros que bajó a un director de escuelas. Eso es política, y yo no vengo a eso. Termino mis cuatro años, vuelvo a mi casa y sigo con mis actividades. No vine a la DGE porque después voy a ser candidato a intendente, o concejal, o diputado, o algo por el estilo. No tengo ataduras y puedo decir lo que pienso. Por eso mi postura con el sindicato va a ser de diálogo y más diálogo. Creo que ellos tienen el rol de trabajar por la educación. Algo mucho más que lo salarial, que es importante y voy a estar al lado de ellos para pelearlo… y me parece una barbaridad que no hayan cobrado el sueldo. Pero quisiera escucharlos hablar de calidad educativa, de capacitación docente… ¿Cuántos maestros hay en Mendoza sin Internet? Ese dato nos lo debería dar el SUTE. Y estoy seguro que no lo tienen. Quiero un sindicalismo moderno que esté mucho más allá de ganar un peso más o quinientos pesos más.
-A principios de año me interesé en el sistema finlandés. Me impresionó mucho la excelencia y la informalidad que van de la mano.
-Sí, pero en Finlandia los maestros son doctores en educación. Han hecho doctorados para enseñar. Y pueden permitirse la informalidad. Si vos sos Maradona podés jugar al fútbol como Maradona. Pero si sos el 4 de Gutiérrez… y… tenés que correr, esforzarte, te tenemos que ayudar, sostenerte el bidón de agua…
-Sos historiador… tenés visión propia sobre San Martín, la gesta libertadora… ¿Va a influir en tu gestión?
-Totalmente, a morir. Porque personas como San Martín fueron ejemplares. San Martín les mandó una carta a los docentes en 1815, conmovedora… Les habla de muchos temas, los convoca a cantar el himno una vez a la semana… Los interpela en primera persona. Esa es la relación que tenemos que recrear, y que cada docente sienta que Alfredo Cornejo, que va a estar en el sillón de San Martín, le está hablando. O Sarmiento, por su prepotencia de trabajo… y escuelas y maestros y más escuelas y método y enseñanzas… No podemos ser nostálgicos del pasado. Pero de la historia, como decía el Quijote, hay que sacar los ejemplos.